En algún momento de nuestra vida, todos vamos a enfrentar situaciones difíciles, sin importar que tengamos un nivel de vida alto, tengamos pensamientos positivos, o estemos motivados, son situaciones que están fuera de nuestro control y nos afectarán significativamente. Momentos críticos que sin importar si somos responsables, organizados, fuertes, etc, cambiarán la forma en la que enfocamos las cosas. Eso es parte de la vida.
Sea la circunstancia que sea, un problema grave de salud, de algún ser querido, una crisis laboral profesional, la pérdida de un empleo, el fracaso de una relación, etc, son situaciones propias de nuestra naturaleza humana. Siendo realistas, en algún momento, esas cosas pasan, todos tenemos momentos de crisis que impactan nuestras vidas.
En esos momentos dolorosos, que sentimos que tocamos fondo, podemos sentirnos deprimidos, incluso, podemos sentir rabia u otra manifestación del dolor, no importa lo que estés sintiendo o como estés reaccionado, todas esas expresiones son válidas y entendibles. No tengas miedo de lo que estás sintiendo, si te sientes triste, herido, enojado, angustiado, son tus sentimientos los que están aflorando, por tanto, no debes sentirte mal por ello, es natural. El dolor no se puede ocultar, olvidar ni negar, tienes que darte permiso para sentir lo que estás sintiendo.
Sin embargo, no es que esté mal sentirte de esta manera, pero debes hacerte la pregunta, ¿Por cuánto tiempo es normal sentirte así?
No podemos estar en este tipo de situación por mucho tiempo, es fundamental la recuperación, ¿Qué tan rápido puedo superar un evento tan doloroso y negativo de mi vida?, ¿Qué tan rápido puedo recuperarme?.
Ahora, es comprensible que dependiendo, que tan fuerte haya sido el evento que estés pasando, tarde la recuperación, lleva su tiempo superar el dolor para continuar con tu vida, sin embargo, no puedes quedarte en este estado para siempre.
Pongamos dos ejemplos prácticos, primero, una chica, llamémosla “Cindy”, que ha tenido una relación con David y que de un momento a otro, esta relación termina. Cindy no puede aceptar la nueva situación, la relación no funcionaba, ella se ha empeñado en que él es el amor de su vida, solo piensa en él y busca por todos los medios en recuperarlo, se obsesiona, lo llama todo el día, etc, generando que David, la rechace aún más, causándole mucho dolor. Si Cindy hubiera aceptado la situación, se habría sentido mal, eso sí, pero poco a poco las heridas cicatrizarían, aprendería a amarse a sí misma, no transmitiría una imagen de desesperación desagradable para David, quien incluso, podría hasta extrañarla. El no tener una actitud de aceptación a la ruptura, dificulta incluso que Cindy pueda intentar conocer nuevas personas y quien sabe, retomar su vida y empezar una nueva relación.
También podemos ver el caso de una persona que pierde el empleo de manera abrupta. De un momento a otro a Jorge le dicen que no necesitan más de sus servicios y que no se le renovará el contrato. A Jorge se le viene el mundo encima, no se lo esperaba, pensaba que había hecho un buen trabajo y ante la aparente “seguridad”, ya había hecho otro tipo de compromisos personales e incluso financieros. La primera reacción de Jorge es enfurecerse, encolerizarse, exige respuestas, quiere vengarse, días posteriores, empieza a sentir una pérdida de autoestima, se deprime, no encuentra sentido a nada, y comienza a asistir a bares para intentar por momentos “olvidarse de la situación”.
Por otro lado, veamos el caso de Daniela, ella también ha perdido el trabajo de un momento a otro y en la misma situación, también se ha deprimido por unos días por lo mal que ha sido tratada en ese trabajo, sin embargo, la autocompasión no le dura mucho y decide tomar acción y hacer algo en concreto. Comienza a comunicarse con su red de contactos, con compañeros de estudios, con amigos, comienza a inscribirse en bolsas de trabajo en internet, a publicar anuncios de servicios profesionales, etc etc, ¡no se queda parada a que la autocompasión la invada!, lo más probable es que Daniela consiga muy pronto trabajo o que esté ocupada, pero lo peor que podría hacer, es deprimirse por algo que no está bajo su control.
Por ello, cambia el chip mental, y piensa, que las circunstancias te pueden afectar, pero no definen tu vida, te puedes sentir mal en algún momento, pero es el tiempo que permanezcas en este estado lo que define todo.
Si es que estás atravesando una situación de desconsuelo, o algún momento crítico, es hora que empieces a cambiar la actitud sobre ello. Es importante llorar la pérdida, eso sí, pero no puedes quedarte rendido por mucho tiempo. Busca algún grupo de apoyo donde compartas estos sentimientos, busca a tus amigos, algún asesor espiritual, y si consideras que tu depresión no cesa a pesar que pasan varios meses, no descartes pedir ayuda profesional.
Cada momento de crisis, debe significar para nosotros un renacer, que nos permita ver como buscar soluciones, lograr cambios, recomenzar. ¡Haz algo!, piensa que toda persona necesita un tiempo para recuperarse, pero no permitas que el tiempo sea tan extenso que no salgas de esta situación, puede ser muy peligroso para ti si eso sucede.