Instrucciones
El
primer paso es cambiar de táctica y dejar de tratar a tu hijo como un niño o
como que nunca creció.
Nunca,
bajo ninguna circunstancia, deje de tratar a su hijo como un adulto. De lo contrario, esto no hará más que agravar la
situación.
Es injusto mantener una posición dominada en
relación con su hijo. Él también tiene una edad suficientemente grande y una
vida capaz de vivir de forma independiente, justo a la manera que crea
conveniente. Por lo tanto, un entendimiento con el
hijo mayor de edad será posible sólo cuando el padre sea su amigo y la relación
fuese de igual a igual.
No
se olvide del respeto.
Al crecer el hijo tiene todo el
derecho a tomar sus propias decisiones, aunque su madre y padre no estén de
acuerdo con tales juicios. Fuere lo que fuere, no deja de ser su opinión y debe
ser tomada. Lo mejor que pueden hacer los padres,
es dar un buen consejo al expresar sus opiniones al escucharlo y dejar actuar a sus hijos por su
cuenta, quienes serán los que deban decidir.
Abandonar
el egoísmo.
Es aconsejable abandonar el egoísmo,
ya que a menudo dificulta la construcción de relaciones. Los padres no sólo
deben actuar en sus propios intereses, a pensar sólo en sí mismos. También
deben tener en cuenta los intereses de su hijo. Póngase en el lugar de su hijo para poder
comprender lo que siente, Entonces,
así notará que muchas cosas se pueden entender de él.
Hable
más con su hijo: Interese en sus problemas.
Muchos jóvenes son capaces de
percibir con facilidad las palabras de hostilidad de sus padres. Por lo tanto,
para que esto no suceda, es importante tratar de hablar más con el hijo adulto
e interesarse en su vida pública y privada, para resolver sus problemas. Si
sigue con esta actitud, muchos conflictos y malentendidos podrán evitarse y
logrará el acercamiento que buscamos en cada hijo.
Los padres deben ser sabios y
sensibles, capaces de entender y dar una mano a su hijo cuando es realmente
necesario. No es fácil ser un adulto.